viernes, 16 de septiembre de 2016

¡Educa con el ejemplo!

Los niños toman de modelo a los adultos, no al contrario. Son estos últimos los que deben dar ejemplo. Si quieres enseñarle a cumplir lo que promete, recuerda que les has prometido llevarlo a la piscina. Si quieres enseñarle a admitir sus errores y a corregirlos, empieza por reconocer los propios.


 El < modelado > es un modo de aprender conductas nuevas tan antiguo como el mundo animal. El que no sabe observa al que sí e imita su conducta hasta que es capaz de reproducirla a la perfección o incluso superar al maestro y convertirse también el modelo.

Un aprendizaje muy potente

Aunque se trata de un aprendizaje que no hace ruido, es muy potente. Las actitudes y las frases que se oyen durante la infancia pueden quedar almacenadas en la memoria y reaparecer treinta años más tarde, si se presenta la ocasión. Por eso, un padre reciente puede sorprenderse a sí mismo al ver que se dirige a su hijo tal y como su padre lo hacía con él, a pesar de haber jurado que no lo haría jamás.

¿Cómo?

El niño pequeño es muy sensible a todo lo que rodea y lo captura como si fuera una cámara de video. Almacena la información en el cerebro y, si lo que ve le resulta especialmente interesante, intentará reproducirlo al menos una vez; en función del resultado que obtenga, conservará la conducta o no. Por ejemplo, si  oye una palabra nueva y le parece impactante, intentará usarla. 
Es muy habitual que los padres no sean conscientes de lo que transmiten y de lo que el niño aprende de ellos. Por lo tanto, vale más que estés muy atento y seas un buen modelo.

Sé un buen modelo

No hace falta ser perfecto. Basta con recordar que los padres son los primeros modelos del niño, la primera imagen de autoridad, los más queridos y los másadmirados. En consecuencia, su influencia es determinante.
Si el niño observa con regularidad una conducta en ti, se convertirá en parte de él y < modelará > su actitud. De todos modos, sólo se integran de verdad las conductas que se repiten. Los enfados esporádicos no arruinarán un proceso educativo, sobre todo si el resto del tiempo eres un ejemplo de persona que sabe gestionar sus emociones y expresarlas sin destruir a los demás.
La impresión general que desprendemos es muy importante . Un padre que se queja constantemente del trabajo, del frío y del calor, falta de tiempo, del cansancio, etc., da a entender a su hijo que esa es la manera de afrontar la vida. Un padre que expresa su alegría de vivir, sin ocultar sus preocupaciones ocasionales, demuestra que se puede amar la vida a pesar de las dificultades.
Si no quieres que muerda, no lo muerdas. Si la cólera de tu hijo te hace estallar de ira, y lo muerdes porque acaba de morder a un niño, estás poniendole el mundo al revés. ¿Cómo le explicarás que no puede hacer lo que tu acabas de hacerle a él? La explicación: < Te muerdo para que entiendas que no se puede morder > es demasiado sutil para un niño de la edad a la que suelen producirde este tipo de conductas.

El niño tiene otros modelos

Recuerda que aunque tu hijo pasa mucho tiempo contigo, probablemente pasan tiempo con la nana, la maestra o sus amigos. Ellos también le sirven de modelo. Y no olvidemos la televisión, que es un influencia que vale más no subestimar. Te darás cuenta de ello cuando lo oigas decir palabras que en tu casa no se pronuncian u opiniones que no profesas.
En el caso de niños pequeños, los padres son el modelo más potente, porque representan casi la totalidad de su mundo y de su inversión emocional. Sin embargo, a medida que crecen y son más sensibles a otros modelos y a otras influencias, quizá valga la pena conocerlos...

*Texto extraído del libro: 100 ideas para que tus hijos te obedezcan sin gritos ni amenazas. Escrito por Anne Bacus

viernes, 9 de septiembre de 2016

Ellos te están mirando!

"El primer impacto, y quizás el más grande, sobre los hábitos de comida y actividad física tus niños lo reciben de ti."

Esto es lo que puedes hacer para asegurarles un futuro saludable:

Sé un ejemplo. A tus niños les encanta imitarte, así que si te alimentas bien y realizas actividades   físicas es más probable que ellos también lo hagan.
Ten una actitud positiva y demuéstrales que los hábitos saludables, tales como probar alimentos nuevos y dar una caminata diaria son entretenidos y te hacen sentir bien.
El niño aprende en la mesa por imitación. Los gestos de aceptación o rechazo de los alimentos por parte de los padres y otras personas influyen en la conducta alimentaria, ya que tienden a copiarlos.

Sácale provecho a la hora de la comida. Cuando se come en familia, traten de demostrar con el ejemplo, traten de desayunar juntos al menos los fines de semana.

Respeta las señales que te dan tus niños. Tu tarea es asegurar que haya una variedad de alimentos nutritivos para las comidas y los refrigerios. Ten en cuenta que cuando dejas que los niños escuchen las señales de su propio cuerpo- en lugar de exigirles que dejen el plato limpio- es más probable que coman porciones de tamaño razonable.

Fomenta una imagen corporal positiva. A los preadolescentes y adolescentes a menudo les preocupa el tamaño o la forma de su cuerpo. Puedes fomentar una imagen corporal positiva, explicándole a tu niño que cada cuerpo es único y que no hay tallas ni formas perfectas.

Comida y buenos modales. El momento de las comidas, además de cubrir las necesidades alimentarias de los niños, es un excelente momento para enseñarles a convivir con otros, a servirse con moderación, a masticar bien los alimentos y algunos buenos modales como no hablar con la boca llena.
Es muy importante no usar la comida como premio o castigo, para mantener la disciplina. 

Apaguemos el televisor a la hora de la comida. La mesa es un momento de comunicación entre kis miembros de la familia. Es importante para los niños ser escuchados y comprendidos en sus balbuceos, en sus primeros diálogos. Esto les hará ganar seguridad y contribuye a que se sientan bien.

Sin preocuparse. Cada niño es especial y único, algunos en diferentes edades presentan inapetencias, no te estreses ni lo estreses. Son etapas que pasarán...

Fuente: Nutrición Infantil ¿Cómo alimentarlos bien? / Compilación e información: Fondo Editorial EDICIONES MIRBET SAC


miércoles, 7 de septiembre de 2016

Ten la seguridad de que amar mucho no es perjudicial

¿Porqué muchos padres piensan que están demostrando demasiado nuestro amor a sus hijos y qué es por ello que se aprovechan en conseguir lo que quieren? Acaso no sabemos que nuestros hijos merecen recibir el mismo amor incondicional que ellos nos dan... Pero amar significa también poner límites, ser consecuentes con nuestros actos, te invito a leer las siguientes líneas que espero sean de tu ayuda.

El niño necesita sentirse querido

No se trata ni de “pegarse” al niño ni de intentar satisfacer mutuamente las necesidades de afecto, sino, sencillamente, de expresar las emociones y el compromiso. El niño necesita sentirse querido tal y como es, incondicionalmente y haga lo que haga. Para adquirir confianza en sí mismo, crecer y desarrollar su personalidad debe sentirse precioso y único a ojos de sus padres.
El niño no “se echa a perder” ni por el amor que se le demuestra, ni por las palabras dulces que se le dicen ni por la admiración que se le transmite. Muy por el contrario.
En cambio, lo que sí puede perjudicarlo es que ese amor impida el ejercicio de la autoridad o que las demostraciones de afecto acaben por reforzar una mala conducta. *

 Nunca se quiere demasiado a los hijos, pero sí puedes hacerlo de manera equivocada

Tu hijo lleva diez minutos llorando porque quiere un caramelo. Al principio, le dices que no y justificas tu negativa con buenos argumentos. Sin embargo, al cabo de un rato, cansado de resistir, se lo das. ¿Porqué digo que esto es hacerlo de una manera equivocada? Por dos motivos fundamentales: porque no le has dado el caramelo para contentarlo, sino para comprar la paz y en contra de tus propios argumentos. Y porque le enseñas a tu hijo que, si llora, consigue lo que quiere. Y eso refuerza la conducta. *

*Texto extraído del libro: 100 ideas para que tus hijos te obedezcan sin gritos ni amenazas. Escrito por Anne Bacus

En mi experiencia como madre de Joaquín de 3 años 3 meses de edad puedo decirte que:

Debes ser consecuente con tus palabras, desde que Joaquín nació aplicamos la disciplina positiva en su crianza, soy una mamá empoderada y fiel a la crianza con amor y respeto.
Hace un año exactamente pasamos episodios muy fuertes de berrinches, en los que Joaquín demostraba su frustación con su cuerpo, el llanto era imparable y puedo decir que muchas veces parecía que la paciencia se iba de nosotros.
Fueron unos largos 365 días en los que fuimos constantes en hablarle, en tratarlo con todo el amor posible pero imponiendo límites; hoy puedo decir que poco a poco y con paciencia hemos logrado que él entienda las situaciones.
Si vamos a algún supermercado, habblamos antes con él y le explicamos a que vamos y que hoy no le podremos comprar nada, llegamos y claro que nos pide pero le hacemos recordar lo que habíamos hablado y él entiende, ya no pasamos los momentos de tensión de antes y es porque siempre fuimos consecuentes con nuestras decisiones y sobre todo por la constante comunicación que tenemos con él. 

Si tienes alguna duda o comentario estoy gustoza de leerlo!